¡quiero libertad!
¡quiero libertad! Eso grita Mónica Naranjo en su canción ‘Sobreviviré’ y hoy yo no lo he gritado, pero sí lo he aplicado. Y es que hoy he dicho no a la mejor oferta laboral que me han hecho nunca.
Es un proyecto de mi sector, que me parece muy interesante, con un equipo humano inmejorable, unas buenas instalaciones, con unas herramientas geniales, con un salario y condiciones de los de ‘sí quiero’, sin tener que renunciar a promopress.com, mi actual proyecto, al contrario me facilitaban el tiempo, herramientas, asesoría e infraestructura necesaria para no sólo mantenerlo sino también mejorarlo… y sólo una pega: un horario y ubicación fijos. Y eso ha sido infranqueable.
Hace un poco más de un año renuncié a un trabajo estable porque deseaba y necesitaba la libertad de entrar cuando quiera, de trabajar desde donde me fuera bien, de cogerme fiesta entre semana, de poder acompañar a mis padres, de llevar a mi primo al cole… siempre dentro de los límites de la agenda (que ya se ha convertido en un apéndice de mi persona). Claro que eso conlleva también unas obligaciones: no desatender a nadie, estar disponible al móvil y al e-mail todo el tiempo, llevarme el ordenador de vacaciones y de viaje, trabajar fines de semana y noches.
Ya comenté que mi día empezaba al despertar y a partir de ahí se convertía en una aventura. Pero ahora sé que, en parte, soy una aventurera.
Hay veces que la vida / el destine parece ponernos a prueba. Son momentos y situaciones en las que tenemos que decidir entre lo seguro (lo que necesitamos o creemos necesitar) y lo que incierto (lo que deseamos o creemos desear) y pedimos a gritos una señal, una oración que nos ayude a tomar esa decisión, y nunca llega (eso me recuerda a la canción ‘Oración’ de Heroes del Silencio: no hay oración capaz de decidir por ti, oh señor no queda otra opción y …). Y no llega porque es una decisión que en nuestro inconsciente tenemos claro pero que hemos de convertir en consciente y enfrentarnos a la verdad: si tenemos el valor de escoger lo que deseamos.
Es positivo, aunque a veces también traumático, revisar nuestro orden de prioridades.
Y siempre va bien que te recuerden que haces y vives lo que TÚ has decidido hacer o vivir, que siempre hay opción y que la decisión correcta es la que tomas.
Hoy he dicho no a la mejor oferta laboral que me han hecho nunca, y eso me ha reafirmado y definido ante mi misma y los demás.
Te comprendo… te admiro… y te compadezo. Esas decisiones son MUY difíciles de tomar pero si la has tomado estoy convencida que es porque realmente no era tu camino hacia la felicidad laboral/personal. Sigue sonriendo, ¡aventurera!
[…] recordar y redescubrir, como dice Laura, que haces y vives porque TÚ has decidido hacerlo y […]